Análisis «Quantum Break» – La ruptura del tiempo y el fin del mundo

En 2016 cuando finalmente vimos en las tiendas Quantum Break, no fue el lanzamiento esperado por Xbox como uno de los más grandes exclusivos de la consola de Microsoft. El potente exclusivo de Xbox One -Pero disponible también para PC- desarrollado por el estudio finlandés Remedy Entertainment y el señor Sam Lake, creador de personajes como Max Payne o Alan Wake, su oleada de críticas regulares hicieron que fuese un videojuego olvidado al año siguiente. Un título que estaba llamado a rivalizar con la poderosa saga Uncharted de Naughty Dog, y que al final, lamentablemente, se ha quedado como un videojuego que poca gente recuerda con cariño.

Tampoco ayuda, lamentablemente, que el juego esté completamente en inglés en nuestro país, aunque subtitulado al castellano, por suerte, y sólo existe versión doblada al castellano en español americano o latino, no en castellano de España. Es una pena porque con un buen doblaje de esos a los que estamos acostumbrados, el juego habría llegado a más gente seguramente.

Nos gustaría remarcar desde la Redacción de Bigotes que solo exponemos análisis de videojuegos que han sido jugados y testeados al 100%, tras conseguir su consiguiente trofeo de platino, todos sus logros, desafíos extra y/o conseguidos todos sus desbloqueables.

Pero, ya eliminando de la ecuación sus comparaciones o el hype que generó en su momento ¿Qué podemos decir de Quantum Break a día de hoy? Estamos ya en 2020, y tenemos un catálogo enorme para disfrutar de las suscripciones Game Pass y Game Pass Ultimate, en el cual también se incluye Quantum Break y que podemos descargar en cualquier momento. ¿Merece la pena jugarlo?

Introducción

Varios años de desarrollo y una novedad a nivel técnico que prometía ser la punta de la lanza de la creación de gráficos en videojuegos. Una técnica que requiere mucha potencia de cálculo para renderizar en tiempo real, que empezó a utilizarse de manera «real» en el cine con la película Cars (2006) y que ahorra mucho trabajo a los desarrolladores, aunque su resultado visual puede llegar a resultar cuestionable para algunos usuarios.

Dicho efecto se llama Ray Tracing, o RTX. Sí, en el año 2016 nacía el primer videojuego oficial con Ray Tracing para consola, sin contar Quake II RTX para PC dado que es un videojuego desarrollado en sus inicios por fans. El Ray Tracing -explicado de manera resumida- consiste en activar un procesamiento continuo de cálculo que determina todos los rebotes y reflejos de las luces en todo cuerpo o modelado poligonal, pero casi en cada pixel, lo que hace que la luz en un salón lleno de objetos, tenga que rebotar en las mesas, sillas, armarios, muros, y a su vez todos estos rebotes vuelvan a rebotar hasta que donde llegue la luz. Si un cuerpo se mueve un centímetro, el cálculo tendrá que hacerse de nuevo en toda la habitación. Todo esto en tiempo real.

Lejos de hacer un artículo de comparación entre la utilización del Ray Tracing o de métodos tradicionales, esto es a grandes rasgos lo que significa usar Ray Tracing, y su gran problema, es que genera mucho ruido por culpa de hacer cálculos en cada pixel y en todo momento, dependiendo del porcentaje que se tenga activado, porque entre otras cosas, el «rebote de la luz» en tantos pixeles sale casi de manera aleatoria, por lo que, como podéis comprobar, incluso sin luz y en oscuridad absoluta, podemos ver un granulado constante. Ese es el ruido.

Una gran historia, dirigida de otra forma

Quantum Break empieza fuerte, presentando un reparto de actores muy bueno, una genial introducción llena de acción y muchos efectos especiales. Todo lo que un buen Blockbuster americano debe tener. Shawn Ashmore interpreta a Jack, uno de los protagonistas principales de Quantum Break y a quien controlaremos, por otra parte tenemos actores de la talla de Courtney Hope, Aidan Gillen, Lance Reddick, Dominic Monaghan y Amelia Rose Blaire, todos ellos que, además de haber actuado en distintas películas y videojuegos, también en muchas series de éxito como Lost o Juego de Tronos.

En Quantum Break nos enfrentamos a la realidad del tiempo y sus consecuencias. La multimillonaria empresa científica llamada Monarch se ha hecho con la tecnología de una máquina del tiempo, pero en el proceso han herido de forma permanente al tiempo, y ahora este está condenado a desaparecer si no es reparado de manera urgente. En medio del caos, los intereses personales de los directivos de Monarch, junto con las revueltas de la sociedad que empieza a ver la verdad sobre la empresa científica, hacen que Monarch destine muchos de sus ingresos a contratar servicios antidisturbios y personal de seguridad, casi convirtiéndolo en su ejército personal y privado.

La polémica de la dirección viene dada por un par de asuntos que, creo, sinceramente, que podrían haberse resuelto de otra forma. Quantum Break cuenta con una serie de acción real rodada para el juego, y que tendremos dos opciones para ver, una de ellas por streaming (que no funciona desde hace años, incluso con fibra óptica, y no sólo en Europa, también en América muchos usuarios se han quejado de esto) y la otra, por descarga separada, que en total son unos 78Gb. Dicha serie son unos cuatro episodios de unos veinte minutos de duración cada uno, que en total hacen poco más de dos horas de metraje, pero si incluimos las distintas decisiones y sus versiones, son en total tres horas y cuarto de duración.

Vamos, lo que viene siendo una mini serie en toda regla, que además, debo decir que no está nada mal y mola mucho, pero el problema es que tras acabar el primer acto del juego, veremos un título en grande que pone «Fin del acto 1 para dar paso al primer episodio, y después «Fin del episodio 1». Así hasta el final de Quantum Break, tanto el juego como la miniserie.

Esto hace que la historia, sin tener los episodios, nos resulte muy enrevesada si no seguimos los episodios de la serie, obligándonos a descargar esos más de 70Gb extra para poder verla. Y lamentablemente hasta que no lleguemos al tramo final de Quantum Break, habrá algunas cosas que nos parecerán explicadas a medias, pero es precisamente porque todo lo demás se explica mucho mejor en la miniserie. Personalmente, me hace preguntarme si habría sido mejor incluir en el juego las secuencias directamente, sin necesidad de tener una doble instalación, doble descarga o tirar de un streaming que no funciona.

Aún así, y con esto, debo decir que la historia en su tramo final remonta de una manera genial, consecuente y cuidada, para ofrecernos en general una gran historia de ciencia ficción que «cuesta que nos cautive» debido a este pequeño tropiezo. No obstante, empecé el juego con mala cara y sin esperar mucho, y acabó siendo de mis favoritos en Xbox. Por algo será.

Una jugabilidad básica, pero que cumple

Como ocurre con los Uncharted, la jugabilidad de Quantum Break a simple vista no parece para tirar cohetes. Selección de armas, coberturas, disparos en tercera persona, unas pocas armas, y poco más que ofrecer como haría uno de los Tomb Raider modernos, que desarrollas distintas habilidades de combate cuerpo a cuerpo o distintos movimientos, ni tampoco mejoras de armas con distintos niveles. En Quantum Break sí que tienes habilidades de combate pero casi no hay ninguna de combate cuerpo a cuerpo como tal. No tienes un botón para dar puñetazos como en Uncharted y tampoco mejoras de armas como Tomb Raider, pero sí que tienes unos poderes pasivos en su mayor parte, que bien usados te ayudarán a pasar las barreras impenetrables de los enemigos.

Hay momentos de acción muy buenos en Quantum Break, muchos disparos a cámara lenta que llegan a ser tan espectaculares como a lo que nos tiene acostumbrado Sam Lake -recordemos que fue pionero en el tiempo bala de los videojuegos- y una dificultad en general moderada, sin llegar a ser demasiado difícil o demasiado fácil. Ruega decir que para el 100% de logros necesitamos pasarnos el juego en máxima dificultad.

El denominado «gunplay» no está tan mal, sin tampoco ser espectacular del todo, cumple su función, divierte, se siente bien y en general todo funciona correctamente. Quizás lo más cuestionable es que las coberturas son automáticas, no hay ningún botón para activarlas, lo que conlleva que algunas veces creamos que se va a activar en cierta cobertura pequeña pero resulta que no, teniendo que correr a otra cobertura.

Lo que me parece genial, aunque pudo haberse hecho un poco mejor incluso, es el hecho de que no puedes llevar mucha munición encima en ningún momento, obligándonos a siempre buscar armas donde se pueda. Es lógico dado que Jack no tiene ningún equipo puesto, cartucheras, perneras, bolsillos portacargadores o mochila de ningún tipo, así que sólo puedes llevar lo justo y necesario. En la máxima dificultad en más de una ocasión vas a encontrar momentos en los que tendrás que escabullirte para encontrar una nueva arma, porque sino, no podrás conseguir acabar con los enemigos.

Decisiones y caminos

A diferencia de los Tomb Raider y Uncharted, cuya comparación está justificada por ser del mismo género, en Quantum Break tendremos decisiones irreversibles y muy importantes, que nos llevarán a distintas resoluciones tanto en el juego como en la serie. Por suerte, de cara al 100% de logros, podremos elegir cualquier capítulo para conseguir todos los coleccionables, que se guardarán en un modo coleccionable similar al de Life is Strange, sin necesidad de pasarnos el capítulo entero, el nivel o incluso llegar al siguiente punto de control. Sencillamente cogemos el coleccionable y podemos salirnos del capítulo para seleccionar otro. Algo muy cómodo y que debería implementarse en todos los videojuegos en mi opinión.

Sin entrar demasiado en la historia y destripar nada, ahuyentando los spoilers todo lo que pueda, decir que las decisiones no están, en general, nada mal, y nos hará dudar mucho sobre cómo seguir avanzando. Un poco «contra la espada y la pared» pero quizás sin llegar a los niveles de los videojuegos de Telltale Games. Un añadido muy atractivo para la historia de Quantum Break.

Así como también jugaremos en situaciones de la historia geniales, con distintos retos de plataformas, «algo» de puzles y momentos propios de la historia que mejoran tras cada acto que vamos pasándonos. Que no te engañen las primeras horas de juego algo liantes y enrevesadas, que después todo mejora. Son cosas de la dirección de cada obra a las que todos deberíamos estar acostumbrados. Hay direcciones lentas como El Padrino: Parte II, Apocalypse Now y Blade Runner y hay otras direcciones demasiado rápidas como cualquier película de Michael Bay. En este caso, hay un lío al principio que más adelante empieza a arreglarse.

Conclusiones

Quantum Break es un gran videojuego que por desgracia nos ha llegado sólo subtitulado al castellano, esto es importante remarcarlo porque para mucha gente es casi casi esencial y obligatorio. Cierto es que no se puede decir que la saga Mass Effect sea peor por no estar doblada al castellano, o Life is Strange, pero hay formas de hacer los subtítulos, y desde luego Life is Strange es un ejemplo de buen hacer, con su configuración de subtítulos extra-grandes y un cuadrado oscuro de fondo, utilizando una fuente muy legible, y los ejemplos de The Witcher III: Wild Hunt o South Park: La Vara de la Verdad son ejemplos malos, cuyos subtítulos son increíblemente pequeños y se mezclan muchas veces con el fondo.

Con Quantum Break no tenemos apenas opciones, siempre aparecerá el nombre de quien está hablando (Algo que personalmente detesto) y también son letras pequeñas que además se confunden algunas veces con el escenario. Creo que no cuesta demasiado poner más opciones como hizo DontNod Entertainment con Life is Strange, Life is Strange 2 y Deck Nine Games con Life is Strange: Before The Storm. Todos ganamos y el juego podría haber sido disfrutado por más gente.

Nos gustaría remarcar desde la Redacción de Bigotes que este videojuego ha sido jugado y completado con el 100% de logros/trofeos en Xbox One. Este análisis se ha llevado a cabo jugando a esta versión.

Como otro punto negativo hay que mencionar su enrevesada historia, al principio, por culpa de su miniserie con instalación aparte. Ambas cosas están muy bien, pero si juegas o miras alguna de las dos cosas por separado, sin poder ver lo contrario, hay muchas cosas que no se te explicarán, y creo que eso es un fallo. No habría costado nada incluirlo todo directamente en el juego, que acabes un acto y sin ningún rótulo te saltase uno de los episodios, y además, obligándote a verlo entero para poder avanzar en la historia, pero con posibilidad de saltarlo si es tu segunda vez.

Estas cuestiones de dirección hacen que Quantum Break sufra de algo parecido a lo que sufrió en su momento The Order 1886, que fue injustamente criticado y defenestrado. Cabe decir que Quantum Break es un videojuego más completo que The Order 1886 (aunque quizás no por mucho) pero tiene estos fallos que son fácilmente reparables, pero que le acompañarán de por vida.

No obstante, y desde mi punto de vista, Quantum Break es una excelente excusa para adquirir Xbox One en cualquiera de sus versiones, suscribirse al Game Pass Ultimate y disfrutar de una gran experiencia. Es genial en muchas cosas y junto al resto del catálogo es un gran exclusivo de la consola de Microsoft. Podrás jugarlo también en PC con muchas mejoras gráficas como es normal, pero yo recomiendo la versión de consolas.