Análisis «Thimbleweed Park» – Aventura gráfica de lo más gamberra y clásica
Nos gustaría remarcar desde la Redaccion de Bigotes que solo exponemos análisis de videojuegos que han sido jugados y testeados al 100%, tras conseguir su consiguiente trofeo de platino, todos sus logros, desafíos extra y/o conseguidos todos sus desbloqueables.
Hace ya unos años que el señor Ron Gilbert ,quien fue director y creador del clásico de 1990 The Secret of Monkey Island, anunciase que volvería a los videojuegos, dándonos una gran alegría a quienes disfrutamos de sus obras en aquel entonces. Intentó volver a los videojuegos hace unos años haciendo aquel RPG descafeinado llamado DeathSpank en el 2010, y parecía que Ron Gilbert no volvería a brillar. Pero en 2015, Ron junto con un pequeño equipo, incluyendo también a Gary Winnick (Participó también en Maniac Mansion) decidieron lanzar una campaña Kickstarter para hacer un videojuego clásico, al estilo Maniac Mansion, The Secret Monkey Island o Zak McKracken, vamos, lo que viene siendo su tipo de juego. Finalmente en 2017 fue lanzado en Steam Thimbleweed Park, la que sería la nueva aventura de humor de Ron Gilbert, Gary Winnick y David Fox y que en 2018 y 2019 acabaría saliendo en PS4, Xbox One, Nintendo Switch, iOS y Android.
El videojuego en su fase inicial lucía muy distinto, mucho más verde a nivel gráfico y no parecía que el trabajo de Ron Gilbert y Gary Winnick iba a acabar en buen puerto, sin embargo, la recepción fue tan grande que superaron las expectativas y pudieron dedicarse a matizar el juego a nivel audiovisual. El resultado final, es lo que tenemos hoy en día para prácticamente todas las plataformas, y posiblemente algunas nuevas que tenemos (Ahem… ¿Stadia? Es posible, el tiempo lo dirá)
Humor desde su nacimiento en campaña kickstarter
Uno de los detalles curiosos por parte del estudio detrás de Thimbleweed Park (@thimbleweedpark) es que, podías grabar un mensaje de contestador automático para que finalmente saliese en el videojuego. Podemos encontrar cientos de mensajes en muchos idiomas, alemán, francés, castellano, inglés, holandés, portugués y en definitiva de todas partes del mundo. La recepción fue más grande de la que esperaban en principio, e incluso, da la casualidad que el hermano de nuestro jefe de redacción Mr. Platino (@PlatinoMister) aparece en el juego con un mensaje de voz ¡Qué pequeño es el mundo! Para quien quiera seguirlo por twitter, es el señor @unseencritic de quien hablamos.
También, desde muchos otros puntos de vista, homenajear así a toda persona que ha apoyado este proyecto, y que finalmente salgan sus voces en un videojuego del mismísimo creador de The Secret of Monkey Island, pues, es genial para nosotros los fans. Sin duda me habría encantado estar aquí diciendo alguna tontería por aquí. No obstante, estaré atento a futuros trabajos del estudio por detalles como estos.
Pero bueno, basta de hablar de su campaña Kickstarter. ¿Qué es Thimbleweed Park? ¿Es una gran aventura gráfica como se hacían antaño? ¿Los más viejos disfrutarán de la experiencia? ¿Funciona igual de bien en todas sus plataformas? ¿Qué tal el humor? ¿Qué tal la historia? Y seguramente tendréis más preguntas que intentaremos resolver.
Políticamente incorrecto
En los tiempos que vivimos, donde todo sentido del humor, todo guion, toda historia y todo «lo que sea» debe pasar numerosos filtros para no ser considerados ofensivos para ningún grupo de personas o colectivos, sólo puede sobrevivir el humor inteligente y estudiado. Thimbleweed Park no es Padre de Familia, South Park o cualquier serie de este tipo, que se les va de las manos el humor hasta rozar la indecencia y no les importa si han ofendido o atacado a alguien en el camino al éxito. En Thimbleweed Park hay, sobre todo, mucho humor inteligente, pero con algún comentario subido de tono aquí y allá -Como ya ocurría en The Secret of Monkey Island o en Monkey Island II: Lechuck’s Revenge– que te pillan por sorpresa muchas veces.
Esa sorpresa es algo que, personalmente, echaba de menos desde hace mucho en el género. Si, tenemos muchas aventuras gráficas, si, muchas de ellas tienen buenos momentos y son también de humor, como la saga Deponia por ejemplo, pero Thimbleweed Park tiene ese aire y sentido de las décadas 80s y 90s que es difícil de imitar, combinando todo esto con temas actuales que sólo entendemos en esta década. En general los guionistas han sido muy inteligentes y medidos al crear cada chiste, guiño, sátira o chiste, porque más bien parecen ser homenajes en vez de apropiaciones intelectuales para «ganar fans».
Hay que añadir a todo esto un trabajo excelente en cuanto a interpretaciones de cada uno de los actores de Thimbleweed Park. Una dicción impecable y unos personajes entrañables que no suenan a «serie B» en ningún momento. Desde luego, si nos hubiese llegado doblado al castellano, habría ganado puntos -Seguro que si- pero al menos si que debemos decir que la traducción a nuestro idioma es impecable y no nos sacará fuera de la experiencia en ninguna oportunidad, como desgraciadamente ocurre con algunos pocos títulos todavía.
Algo que han tenido siempre muchos clásicos de las aventuras gráficas, tanto si eran de LucasArts como si eran de Sierra Interactive, es que su ambientación siempre ha sido excelente. Creo que todos nos hemos enamorado de esos mundos en cada entrega, independientemente de la saga o independientemente de que no nos llamase demasiado la ambientación, entre la banda sonora, la personalidad de cada personaje y la peculiar, irregular, pero a la vez quizás realista arquitectura que presenta cada elemento que vemos en pantalla, hacen que nos creamos realmente que existe una isla llamada Monkey Island, o que existe un pueblo llamado Thimbleweed Park.
Si eres tan «viejo» como quien suscribe, no sólo vas a encontrar elementos que claramente han sido añadidos como homenaje, sino además unos pocos personajes secundarios reutilizados en esta nueva obra, también como homenaje por supuesto, pero renovados gráficamente para hacerlos acorde al diseño artístico del juego. Vamos, que no es sencillamente un «copiar/pegar» evidente, y cuando lo es, como en el caso de la imagen de arriba, es porque tiene un uso particular y está relacionado con un homenaje particular que supongo que te imaginarás cual es. Bosque, pala, X y cabeza, ya me entiendes.
Así es Thimbleweed Park desde que empieza hasta que termina, y lo cierto es que son buenas noticias para quien precisamente esté buscando esto, un título divertido, que se sienta auténtico, antiguo, añejo y que nos ayude a desconectar más que cualquier título moderno. Pero que a la vez sea un juego nuevo.
Una ambientación de diez
La banda sonora mezclando distintos géneros americanos como el Jazz o el Blues, incluyendo alguna pieza peculiar, hacen, de nuevo, que nos metamos más en la ciudad, en la piel de cada personaje en definitiva, y eso a veces algunos videojuegos no logran hacerlo ¿Cómo estos pixeles 2D de los años 90s pueden hacerlo?
El arte… eso que te pasa cuando tienes frio… digo, ahem… perdonad, el arte, eso es lo que ocurre, que Thimbleweed Park es arte dentro de su género y a su peculiar, irreverente y «sin sentido» estilo, es único como obra, y pocas cosas malas se pueden decir del juego a nivel general. Aunque desde mi punto de vista, y el de mucha gente, tiene cierto fallo que quizás arruine un poco la experiencia, pero no es algo que le vaya a pasar a todos los fans.
Hay algo que le pasa a Terrence Malick en el cine, y que, sospecho que a Ron Gilbert le ocurre algo parecido ¿El que? os preguntaréis, pues, Terrence Malick es un director de cine que ha hecho muy buenas obras, es un artista del lenguaje de cámaras, con los años sus películas han ganado en fotografía y en dirección, pero, por desgracia, han perdido en guion, pues es donde suele fracasar Terrence Malick, en que puede hacer una obra con un lenguaje de cámaras, una fotografía y unas interpretaciones de diez como El Árbol de la Vida (2011) y otras tantas virtudes, pero con un guion que empieza a desmoronarse de cara al final, y lo mismo le ocurre a su siguiente película en 2012, To The Wonder, que es incluso peor en este sentido. Ron Gilbert te crea mundos perfectos, pero tengo la sensación de que no sabe acabar una historia desde el primer Monkey Island, y precisamente la prueba es que Monkey Island II: Lechuck’s Revenge, tiene uno de los finales más polémicos de los videojuegos, y Ron siempre se ha negado a explicarlo.
Conclusiones
No a todos nos solían gustar las aventuras gráficas en aquella época, de hecho, siempre fueron considerados como el género de videojuegos más aburrido que había, por encima de los del género puzzle, que ya es decir, y no por cuatro o cinco jugadores, sino millones. De hecho, en aquella época recuerdo que precisamente éramos cuatro o cinco quienes disfrutábamos de las aventuras gráficas, ya fuesen de humor, aventura, infantiles, o más adultas. Similar a las historias interactivas como Detroit: Become Human o de Quantic Dream (@Quantic_Dream) o los videojuegos de Telltale Games (@telltalegames) que como sabéis, no son de gusto de todos.
Pero si eres una persona a quien le encantaban estas aventuras gráficas, Thimbleweed Park en cualquiera de sus plataformas te va a resultar una maravilla en todos los sentidos, te cautivará con sus primeras imágenes y te conquistará cuando lleves unas horas jugando. Además, es un juego que presenta una dificultad elevada en su máxima dificultad, algo necesario para la obtención del 100% de trofeos/logros, entre otros tantos trofeos/logros perdibles, como habrás intuido de antemano, por lo que, no debes preocuparte de que el juego te dure demasiado poco y que no cumpla tus expectativas.
Yo lo pondría un poquillo más elevado en dificultad que Monkey Island II: Lechuck’s Revenge pero ligeramente por debajo de Maniac Mansion. Si algo tenían -Y tienen hoy en día- la mayoría de aventuras gráficas de antaño, es que, en los 80s las aventuras gráficas podían incluir en el escenario muchos objetos, quizás la mayoría, sin ningún uso particular, como ocurre en Maniac Mansion, mientras que en los 90s con Day of The Tentacle, el mismo The Secret of Monkey Island y también Full Throttle, prácticamente todo objeto que podías coger y añadir a tu inventario, sabías que ibas a utilizarlo en algo o en alguien.
Thimbleweed Park es un juego más de los 80s en este sentido. Han puesto ahí objetos para parar un tren, y si empiezas a cogerlos todos, piensa que gran parte de ellos no los acabarás usando.
En general, siempre que recomiendo el juego a más gente, hablo de todas sus virtudes, pero no puedo evitar sentirme ligeramente decepcionado de cara al tramo final del juego, pensando que podrían haber hecho «esto así, esto otro de aquella manera, y una secuencia así habría molado», pero quizás estoy pidiendo demasiada perfección a una obra que lo tiene todo en general. Lo único que nos falta, es que esta desarrolladora se haga con un nombre y empiece a crear más videojuegos como Thimbleweed Park, y nos brinden otra era dorada de las aventuras gráficas -Que oye, lo cierto es que vivimos una muy buena era desde hace unos pocos años-.
Con respecto a sus versiones, tras haber jugado al 100% de trofeos en PS4, 100% de logros en Xbox One y sólo haberlo probado en Steam, debo decir que la versión de PC y Xbox One tienen tiempos de carga entre guardados y cambios de escenarios prácticamente nulos, mientras que en PS4 hay un segundo de carga y algún «salto puntual» de la imagen. La versión de PS4 fue la primera versión en salir en consolas, más tarde salió en Xbox One, que funciona perfecto, y no puedo hablar personalmente por iOS, Android o Nintendo Switch, pero al ser versiones posteriores, como la de Xbox One, yo diría que irán por el mismo camino. No quiero decir con esto que sea injugable en PS4, en absoluto, sólo que si juegas a uno y al otro, te sorprenderá lo fluido y rápido que va en uno y en el otro no.