Análisis «River City Girls», las chicas tienen el poder.
Desde pequeños en los videojuegos siempre ha existido el típico estereotipo del héroe que va a salvar a la chica en problemas. Mario debe salvar a la Princesa Peach, los famosos hermanos de Double Dragon deber rescatar a la chica secuestrada o en Final Fight donde debemos recuperar a la hija del alcalde. Salvo excepciones hemos jugado con chicas como protagonistas como Samus, Lara Croft, Madeline… Pero sus objetivos no eran salvar a ningún chico en apuros sino más bien evitar algún desastre mayor que, todo sea dicho, tienen un mérito de lo más grande.
Entonces de la nada aparecen WayForward y Arc System Works para acabar con esos estereotipos y mostrarnos un juego al estilo «yo contra el barrio» donde nos cuentan la historia de dos amigas de la infancia, Misako y Kyoko, que se encuentran en el aula de castigo de su instituto cuando de repente una de ellas recibe un mensaje en su móvil avisándola de que sus novios, Kunio y Riki, han sido secuestrados. Sin tiempo que perder deciden saltarse el castigo mostrándonos ya con esa actitud que estas chicas no van a pedir permiso a su profesor ni amables indicaciones por las peligrosas calles de River City. Acabarán con quienes se interpongan en su camino para mostrar «el poder del amor», pero este poder conlleva golpes, moratones y ataques especiales que harían temblar al mismo Chuck Norris.
Nos gustaría remarcar desde la Redacción de Bigotes que solo exponemos análisis de videojuegos que han sido jugados y testeados al 100%, tras conseguir su consiguiente trofeo de platino, todos sus logros, desafíos extra y/o conseguidos todos sus desbloqueables.
No perdamos más el tiempo y veamos de que son capaces estas dos chicas que a pesar de su apariencia encantadora piensan repartir a toda clase de enemigos hasta encontrar a sus amados.
River City, un lugar poco apacible
Con la historia ya metida entre ceja y ceja, se nos presenta un juego de estilo beat´em up con diseño pixelart donde podremos controlar a cualquiera de las dos protagonistas. Podremos elegir la dificultad que deseemos entre normal y difícil, incluso si jugamos con un amigo (solo local, ya que es una pena que no se pueda jugar con alguien en línea), tendremos la posibilidad de habilitar el modo fuego cruzado, es decir, que nos podamos pegar entre nosotros. A pesar de su estilo pixelart contaremos con animaciones de estilo anime. De hecho, su introducción junto a su banda sonora hará que nos digamos a nosotros mismos «Qué corto, ojalá durase más», pero nos premiarán con alguna que otra animación durante el juego aunque siendo algo escasos. También contaremos con partes de la historia contado por viñetas en blanco y negro aunque siendo estos aún más escasos. Dispondremos de seis fases divididas en varias parcelas haciendo que cojamos por distintos caminos aunque para seguir avanzando en la trama deberemos completar ciertas misiones que, a pesar de parecer secundarias, son obligatorias para que podamos seguir avanzando en la trama. A medida que vayamos avanzando por todos su escenarios (desde el instituto hasta un peligroso edificio habitado por la mafia japonesa), podremos ir recolectando dinero que gastaremos en ítems que encontraremos en varías tiendas distribuidas por todo el juego para facilitarnos las peleas, aprender nuevos movimientos y comidas para recuperar vida y tener ciertas habilidades durante un periodo de tiempo. Eso si, cuidado con no caer en la batalla pues parte del dinero lo perderemos y más si jugamos en compañía de alguien.
No solo nos bastaremos de nuestros puñetazos y patadas, pues en todos sus escenarios de batalla podremos utilizar cualquier objeto para derrotar a nuestros enemigos como cadenas, cajas, bates de beisbol, bicicletas (si si, bicicletas) e incluso levantando a un enemigo y estamparlo contra el suelo mientras atacamos a quien tengamos por delante. Los objetos también los podremos lanzar desde la lejanía aunque hay que tener cuidado, pues haya o no fuego cruzado podremos hacer daño a nuestro compañero de batallas. De hecho, si lanzamos un objeto estando pegados a alguna estructura que nos impida avanzar sea una pared o una señal de tráfico, el mismo momento en que lancemos el objeto podría rebotar y darnos a nosotros mismos haciendo que nos hierva la sangre en más de una ocasión. Podremos incluso reclutar a los propios enemigos, pues si se ven asustados ante tanto poder femenino nos rogarán clemencia haciendo que podamos reclutarlos y llamarlos cuando los necesitemos, pero si al llamarlos reciben cierto número de ataques de enemigos estos huirán y no volverán más teniendo que reclutar a otro siempre que lo deseemos.
El número de enemigos es algo bajo pero repetitivos. Un ejemplo puede ser los estudiantes varones, que nos encontraremos al básico pero luego lo veremos repetido unas siete u ocho veces con paletas de colores distintas, aunque si reclutamos a uno que es poco usual que salga en batalla, más vidas tendrá al ayudarnos cuando necesitemos su ayuda. Y como buen juego de este estilo contaremos con batallas contra jefes que aunque no nos hagan pasar grandes apuros serán unas batallas divertidas con diálogos recurrentes que a pesar de no traspasar la cuarta pared siempre tirará de ironía rompiendo los estereotipos en este tipo de juegos. Es más, hay un jefe oculto en el juego al que solo podremos acceder de cierta manera siendo esta una de las batallas más entretenidas del juego.
Control y banda sonora, cogidas de la mano
La jugabilidad no es ningún problema. Los controles responden bien haciendo que manejemos a nuestras protagonistas a nuestro antojo haciéndolas incluso correr. Incluso a medida que avancemos en el juego iremos subiendo de nivel haciendo que nuestras estadísticas suban pudiendo hacer aún más daño al golpear y ser más rápidas a la hora de movernos. Todo esto acompañado de una banda sonora notable aunque en algunas partes del juego las notaremos un tanto repetitivas contando incluso en algunas batallas con letra incluida. El juego solo cuenta con voces en inglés pero tendremos la oportunidad de leer sus textos en castellano con una traducción más que buena, aunque durante las animaciones en las que nos muestran viñetas de cómic no nos saldrán subtitulados, pero si no tenéis problema con el inglés podréis entender algunas historias sin complicaciones aunque son tramas más del pasado de algunos personajes que del presente.
Dispondremos de un coleccionable que será destruir un cierto número de estatuas donde se nos obsequiarán con suculentas recompensas, pero si decidimos completar el 100% del juego os aviso que echaréis bastantes horas aunque serán algo más amenas si lo hacéis con la colaboración de alguien; de hecho uno de sus logros/trofeos será completar el juego en el modo de dos jugadores. Cierto es que algunos de estos logros/trofeos están algo rotos y se puede ahorrar bastante tiempo pero la diversión de jugar con vuestro camarada no os la va a quitar nadie. El completar el juego al 100% incluye requisitos como comprar todos los objetos en todas las tiendas, cosa que os llevará bastante tiempo a pesar de que la duración del juego no supera las 10 horas aunque se puede alargar más si no tenéis mucha experiencia en este estilo de juegos. Otros de sus requisitos es el de reclutar a todos los enemigos, y no solo a uno sino también a sus distintas paletas de colores haciendo que salga más rentable el juego. En ese caso, completar el juego por completo sin dejarnos nada suelto nos podrían hacer rondar las 30 horas, incluso alargarlas pues una vez lo completemos podremos jugarlo de nuevo pero en esta ocasión controlando a sus novios.
«River City Girls» se presenta por la puerta grande. Cierto es que podría haber dispuesto de alguna fase o extra más en el juego o incluso que incluyese algún DLC para disfrutarlo más, pero a pesar de su escasez la diversión está asegurada volviendo a esa época en la que entrabamos en las salas recreativas para jugar o ver gente jugando a este estilo de juego sin aburrirnos ni un solo momento derrotando a los enemigos que se nos ponían por delante con la curiosidad de llegar al jefe final temiendo sus poderosos ataques. Esa época nunca pasó y dudo que vaya a pasar.