Análisis de «Crossing Souls»: siempre mola volver a los 80
Hayas nacido o no en los 80, este análisis es para ti. Hablar de los 80 es hablar de nostalgia, gratos recuerdos y una época que todo el mundo recuerda siempre con cariño. Y con Crossing Souls no sólo tenemos la suerte de viajar al pasado, sino que además viviremos una aventura mágica y fantasiosa, en la que aprenderemos el valor de la amistad. Lo que empezó siendo un Kickstarter acabaría siendo una delicia para todos.
Nos gustaría remarcar desde la Redacción de Bigotes que solo exponemos análisis de videojuegos que han sido jugados y testeados al 100%, tras conseguir su consiguiente trofeo de platino, todos sus logros, desafíos extra y/o conseguidos todos sus desbloqueables.
Imaginaos una batidora y que dentro del recipiente metieses Regreso al Futuro, las Tortugas Ninja, Los Goonies, juegos de la antigua NES de 8 bits, ET e incluso Metal Gear. Toda esta combinación explosiva y mucho más es Crossing Souls, nacido del estudio indie español Fourattic. Un estilo con perspectiva isométrica (a lo «The Legend of Zelda») en el que nos incluyen plataformas, puzzles, beat’em up y mucho más.
La aventura comienza en 1986, en la ficticia ciudad americana de Tajunga. Una misteriosa tormenta azota la ciudad en mitad de la noche haciendo que, al día siguiente, todo el pueblo hable de ella. Mientras tanto, nuestros protagonistas se empiezan a reagrupar uno a uno. Chris, el líder, con un bate como arma, va en busca de todos empezando por Matt, el científico del grupo que dispone de una espada láser y unas zapatillas que le permiten planear. Luego está Big Joe con una movilidad lenta pero una fuerza descomunal. Después aparece en acción Charlie, una chica llena de vida con una comba que no usa precisamente para saltar y con movimientos rápidos y ágiles. Por último Kevin, el hermano pequeño de Chris, que en sí no tiene ninguna habilidad que destaque hasta más adelante en el juego (a excepción de su humor particular).
Kevin encuentra un objeto, la piedra Duat, donde Matt decide estudiarla y descubre que se trata de un extraño artefacto con el que pueden interactuar con el mundo de los muertos. A partir de aquí las cosas se tuercen cuando una extraña milicia se presenta en la ciudad dirigida por el malvado y sanguinario Major Oh Rus junto a sus secuaces. Desde este punto poco puedo contar ya que la historia tiene buenos giros. Consta de 8 capítulos donde los primeros y últimos se vuelven muy interesantes, aunque alguno que otro de los capítulos centrales hacen que el juego pierda un poco de interés, pero la nostalgia es la nostalgia.
Los gráficos, de estilo pixelart, son atractivos y con mucha animación haciendo que todos los personajes que estén en pantalla (sean o no los personajes principales) estén llenos de vida. Se nota a la vista que han puesto mucho esfuerzo en ello aunque ojalá lo hubiesen hecho también con la jugabilidad. Y no es que sea mala, pero el 65% del juego es plataformeo puro y hay ciertas zonas que cuando llegamos saltando atraviesan el suelo donde queremos caer y alguna que otra extraña vez lo atraviesan haciendo que volvamos desde el punto de partida que, dependiendo de la zona de juego, puede ser algo lejana.
Si hay algo de lo que destaca más del juego es su banda sonora. Una alegría para los oídos donde escucharemos música al estilo ochentero haciendo que nos adentremos más en el juego. El juego incluso cuenta con varias cinemáticas como si se tratasen de cintas VHS en la que estaremos viendo unos dibujos animados de una calidad óptima aunque mejorable.
Algo que lo hace más divertido aún son sus coleccionables que no es ni más ni menos que guiños a toda la cultura de la época. Encontraremos videojuegos, cassettes, cintas VHS y documentos clasificados. Dicho esto, contaremos con un diario donde iremos viendo todo los que hayamos recogido aparte de conseguir los perfiles de los personajes que conozcamos a través de toda la ciudad, aunque será fácil saltarnos alguna que otra ya que es una aventura lineal y no podremos volver a ciertos lugares.
Dicho todo esto, Crossing Souls es un juego entretenido, divertido e interesante donde conseguirá que nos agarren para no soltar el mando (o el teclado) haciendo que avancemos más en esta enigmática aventura aunque notaremos con el tiempo que podrían haber hecho algunas mejoras consiguiendo así que el juego hubiese tenido más peso y nombre. Eso sí, los más jóvenes lo recordarán dentro de varios años haciendo que para ellos, esta década también sea recordada para ellos con mucho amor y cariño. Una paradoja interesante, ¿verdad?.